martes, 3 de enero de 2012

ASARA BE TEVET/ AYUNO DEL 10 DE TEVET - TSOM KAL-



BS''D



BET MIDRASH KIRUV:
“RAB. ISAAC ABRAVANEL ZT''L'' 
Casa de Estudio para el acercamiento de los 
Bene Anusim/Shavim a nuestras Raices
CARRERA 60 # 68 - 133 BARRANQUILLA - COLOMBIA ,
Tel : 57- 3006612097

Horario de Tefilot 

SHAJARIT: 7:30 AM 
MINJA: 5:30 PM
Arvit: 6:10 PM
Bogota:
Alot Hashajar (alba) | El ayuno comienza
05:00

El Ayuno Termina
18:20

Barranquilla:
Alot Hashajar (alba) | El ayuno comienza
05:13
El Ayuno Termina
18:12

Lectura de la Torá: Perashat “Ki Tisa “(Shemot, 32:11) “Vaijal” 
El diez del mes de Tebet, el rey de Babilonia cercó la ciudad de Jerusalén para destruirla, como está escrito en el libro de Yehezquel cap. 24: Y fue la palabra de D-os a mí, el año noveno el mes décimo –mes de Tebet- el día décimo del mes, diciéndome: Hombre, escribe esta fecha, pues en este día cercó el rey de Babilonia la ciudad de Jerusalén. 
 
Por este motivo ayunamos el 10 de Tebet, para someter nuestro mal instinto esta fecha fatídica y así poder retornar en Teshubá al Eterno y clamar ante El para que nos redima definitivamente. Y así escribe el Ramba”m: Todo Israel debe ayunar en las fechas trágicas de la historia, para incentivar nuestros corazones a buscar el camino de la Teshuba. Y esto constituya un recordatorio de nuestras malas acciones, así como las de nuestros antecesores, que en definitiva les provocaron y continúan provocándonos todas nuestras aflicciones. Y al recordar nuestras trasgresiones nos incentivaremos para retornar en Teshuba, como está escrito:Y reconoceréis vuestros pecados y el pecado de vuestros padres. 


La caída del Primer Templo


(selección extraída del libro "Jerusalem de Oro", © Ed. Jerusalem de México)

Un duro sitio

En el noveno año del reinado de Tzidkiahu, el décimo dia del mes de Tevet, se estableció el sitio a Jerusalén. Desde las alturas de las murallas podía observarse el numeroso ejército, verdaderamente incontable. Los babilonios aparecían como un panal de abejas; cada cual ocupado en sus tareas especificas. Rodearon la ciudad y erigieron catapultas a fin de voltear las murallas con mayor facilidad.
Tres años y medio se prolongó el sitio a Jerusalén. Cada día Nevuzaradán rodeaba la ciudad e intentaba nuevos métodos para derrumbar las murallas aunque sin éxito alguno: no logró voltear los muros ni conquistar la ciudad. Mientras Nevuzaradán consideraba la posibilidad de regresar, Hashem puso en su mente una idea: medir la altura de las murallas de la ciudad. Para su sorpresa, descubrió que las murallas encogían su altura cada dia ¡esto era, sin duda, producto de la mano divina! La intención era entregar Jerusalén en manos enemigas. Una gran alegría invadió a Nevuzaradán al descubrir lo que sucedía con los muros, y con renovada esperanza fortificó el sitio a la ciudad.

Víctimas del hambre y la sed

Jerusalén se encontraba encerrada: nadie podía entrar ni salir de la ciudad. Dentro de los muros el hambre crecía cada día. Los habitantes de Jerusalén ya habían vaciado completamente sus depósitos. Igualmente, las hierbas silvestres comestibles ya hablan sido recolectadas. También el pan escaseaba, y junto con éste los demás alimentos. Los habitantes de Jerusalén intentaron entablar conversación con los soldados de Nabucodonosor. Desde las alturas gritaban a los enemigos: "Soldados caldeos, tenemos una propuesta para hacerles. Si nos entregan pan, les bajaremos a cambio canastas repletas de oro"
Los soldados aceptaron la propuesta. Al dia siguiente, los habitantes de Jerusalén hicieron descender de las alturas de la muralla una canasta repleta de oro. Los soldados enemigos vaciaron la canasta y la llenaron de trigo, el cual fue molido, preparado y comido por los hebreos. Transcurridos algunos días los habitantes de Jerusalén volvieron a descender una canasta repleta de oro, y nuevamente los hombres de Nabucodonosor la vaciaron y la colmaron con cebada. Los israelitas subieron la canasta, prepararon los granos y se alimentaron durante varios dias. La tercera vez los soldados tomaron el oro y colmaron la canasta con paja. La cuarta tomaron el oro y devolvieron la canasta vacía. Notando los israelitas que los babilonios los engañaban y sólo pretendían la plata y el oro, interrumpieron este sistema de intercambio.

Mas el hambre azotaba terriblemente a la ciudad. También el agua escaseaba. El sufrimiento de los habitantes de Jerusalén comenzó a tornarse insoportable. Ahora descubrían los israelitas la veracidad de las palabras del profeta Irmiahu en la Megilat Eijá. Ciertamente Jerusalén aparecía como una ciudad fantasmal. Un silencio absoluto y cortante habitaba sus callejuelas. Cientos de cadáveres, producto del hambre y la sed, se encontraban desparramados por la ciudad; nadie tenla fuerza de enterrarlos. Un hediondo olor invadía el aire. Los que aún no habían muerto de hambre marchaban sigilosos como sombras, deambulando sin rumbo fijo como perros hambrientos buscando comida en los rincones. Revisaban los tachos de basura. Otros se acostaban en la entrada de sus casas, desalentados, aguardando su muerte segura.

Una mujer de Jerusalén dijo a su marido llorando: "¡Por favor! Elige la mejor de mis joyas y compra en el mercado un pedazo de pan. Por favor, sólo un trozo de pan". Conmovido ante el pedido de su esposa, el hombre eligió la más bella de sus piedras, y se dirigió al mercado con la intención de comprar un pedazo de pan para calmar el hambre de su esposa y su hijo. Durante largas horas deambuló por las calles de la ciudad sin encontrar ni un solo un pedazo de pan duro. Golpeado por el desaliento y la decepción, fue presa de un fuerte mareo que lo arrojó muerto sobre la tierra. Con suma impaciencia la mujer aguardaba la llegada de su esposo. Al notar su demora, dijo a su hijo: "Sé valiente, mi hijo, y busca a tu padre". El hijo hambriento emprendió la búsqueda. Al encontrar a su padre, muerto, se arrojó sobre el cuerpo inerte, y mientras lo abrazaba fuertemente perdió también su vida.

El sufrimiento provocado por el hambre y la sed era compartido por los habitantes de Jerusalén. El hambre no distinguía entre pobres y ricos. Ni siquiera a cambio de plata y oro era posible conseguir comida en la ciudad.
Uno de los hombres más ricos del lugar, poseedor de una gran fortuna, llamó a su sirviente y le dijo: "Toma toda mi plata, mi oro y mis piedras preciosas y consígueme un poco de agua para calmar mi terrible sed". El sirviente tomó plata, oro y piedras preciosas del tesoro de su amo, y marchó con la intención de comprar agua. Al notar que su esclavo demoraba, el millonario subió al techo de su espléndida mansión para observar qué sucedía con su enviado. De pronto vio que retornaba con la vasija vacia en su mano. El rico gritó amargamente a su sirviente: "Rompe esa vasija ¿qué utilidad tiene si esta vacia?". El sirviente cumplió el pedido de su amo y rompió la vasija en cientos de pedazos. Entonces el hombre rico saltó del techo de su mansión sobre la vasija destrozada, y su cuerpo se quebró completamente ante la severidad del impacto.

Durante dieciocho meses se prolongó la hambruna en Jerusalén, período en el que tampoco cesó el enfrentamiento entre los soldados de Iehudá y los de Nabucodonosor. Muy especialmente se destacó la valentia de Avika ben Gavtari, quien subió a la muralla y exclamó: ¡Quien esté a favor de Jerusalén y de su Templo que me siga!". Al escuchar su convocatoria, numerosos valientes de Israel lo siguieron y enfrentaron al ejército babilónico. A pesar de su hambre y su debilidad, lograron provocar numerosas bajas en las filas enemigas. Los soldados caldeos arrojaban incontables flechas en dirección de Avika, mas éste las atrapaba con sus enormes manos y las arrojaba nuevamente al corazón de los enemigos. De este modo cayeron muchos de los soldados que sitiaban la ciudad. Mas el hambre y la sed determinaron el destino de los habitantes de Jerusalén. La oposición de los israelitas se debilitó, las murallas de la ciudad fueron volteadas, y de este modo logró ingresar a Jerusalén el poderoso

en la historia del pueblo judío, hay ciertos eventos que señalan el comienzo del descenso en la espiral de sufrimiento. Uno de ellos es el Ayuno del Diez de Tevet. El mismo marca el comienzo del sitio final de Jerusalem por Nabucodonosor, rey de Babilonia, que culminó en muertes masivas, destrucción y exilio.

Profetas como Isaías y Jeremías habían predicho hacía tiempo que, por sus pecados, el pueblo judío sería conquistado y exiliado, y que su Templo sería destruido. Mientras algunos judíos les creyeron, la mayoría no lo hizo, hasta que los babilonios arremetieron desde el norte para cumplir las profecías. Jerusalem fue sitiada y el rey Joacim fue engrillado y conducido a Babilonia; su hijo Joaquín se convirtió en rey.

Los babilonios fueron conquistadores crueles y totales: primero, se llevarían al liderazgo al cautiverio, y luego exiliarían al resto del pueblo. Así, en el 597 AEC, invadieron Judea y capturaron al rey Joaquín y a la capa superior de la sociedad de Judea, que incluía la corte, la oficialidad militar y a los artesanos:

Vino también Nabucodonosor rey de Babilonia contra la ciudad, cuando sus siervos la tenían sitiada. Entonces salió Joaquín rey de Judea al rey de Babilonia, él y su madre, sus siervos, sus príncipes y sus oficiales; y lo prendió el rey de Babilonia… (Reyes II, 24:11-12).

Y EL TEMPLO FUE QUEMADO


Para gobernar el país conquistado, los babilonios instalaron un rey-marioneta, Sedequías. Aun bajo estas circunstancias horrendas, algunos judíos albergaron la esperanza fútil de que un milagro los salvaría. El mismo Sedequías intentó rebelarse contra Nabucodonosor, pero fracasó.

En el 589 AEC, los babilonios destruyeron las fortificaciones judías e intensificaron el sitio. Lo que tanto había sido temido, finalmente ocurrió:

Aconteció a los nueve años de su reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que Nabucodonosor rey de Babilonia vino con todo su ejército contra Jerusalem, y la sitió, y levantó torres contra ella a su alrededor. Y estuvo la ciudad sitiada hasta el año undécimo del rey Sedequías. (Reyes II, 25: 1-2)

El hambre empeoró. Los babilonios abrieron brechas en las paredes y ocuparon la ciudad rápidamente. Capturaron a Sedequías, que había huido, y lo trajeron ante el rey de Babilonia. Los hijos de Sedequías fueron asesinados ante sus ojos, luego lo cegaron, lo encadenaron con grillos y lo llevaron a Babilonia. El Templo fue quemado hasta sus cimientos en el 586 AEC. Muchos judíos perdieron sus vidas. Judea fue virtualmente vaciada de todos sus habitantes; sólo una pequeña comunidad, encabezada por Guedalia Ben Ajikam, fue dejado para cuidar el país de ser infestado por animales salvajes.

Alguna forma de vida judía comenzó a cristalizar en el exilio babilónico. Uno de los profetas durante este período fue Ezequiel Ben Buzi. Un cohen (sacerdote), Ezequiel había sido llevado en cautiverio junto con el rey Joaquín, pero continuó enseñando sus visiones proféticas en Babilonia. Algún día preanunciarrá el glorioso retorno a Judea y la reconstrucción del Templo. Pero, por el momento, él también debe enfrentarse con la realidad: el liderazgo está exiliado en Babilonia, y es simplemente una cuestión de tiempo hasta que los babilonios cumplan sus planes de una conquista total y el exilio de todos los habitantes de Judea.

El 10 de Tevet del 589 aec, al mismo tiempo que Nabucodonosor está sitiando Jerusalem, la temida profesía se hace voz en Ezquiel:

Hijo de Hombre, escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a Jerusalem este mismo día. (Ezequiel, 24:2)

Le tocará al profeta informar a los exiliados de Babilonia acerca del sitio y de la inevitable destrucción. Desde ese momento, el Diez de Tevet será recordado como el punto de visagra en el colapso del Primer Estado, el principio del fin.

El Diez de Tevet es uno de los cuatro días judíos de ayuno, que marca un hito significativo en este trágico relato de exilio y destrucción. Los otros tres conmemoran la penetración por los muros de Jerusalem (el 17 de Tamuz); la destrucción del Templo por el fuego (el 9 de Av); y el asesinato de Guedalia (el 3 de Tishrei).

SER TESTIGOS DE LA DESTRUCCIÓN


Tradicionalmente, el 10 de Tevet es observado (por personas saludables) absteniéndose totalmente de comer y beber desde el amanecer hasta el anochecer. Plegarias de duelo y arrepentimiento son agregadas a los servicios regulares. Una sección especial de la Torá (Exodo 32:11-14, 34:1-10) es seleccionada para su lectura pública, pues demuestra la voluntad de Dios de perdonar al pueblo si éste se arrepiente. Los rabinos del Talmud de Jerusalem (Yoma 1) enseñan: "Quien no vea el Templo reconstruido en su generación debiera considerarse a sí mismo como si hubiera atestiguado la destrucción del Templo".

El 10 de Tevet es único entre los cuatro días de ayuno de destrucción que está explícitamente mencionado en la profecía de Ezequiel; los otros días no están tan claramente delineados en los textos proféticos. Las palabras "este mismo día", son una reminiscencia de la descripción del Día del Perdón: "en este mismo día" (Vaikrá 23:28). Como resultado de esta similitud, algunos de los comentarios sugieren que, del mismo modo que es observado el ayuno del Día del Perdón aun cuando cae en Shabat, así también, si el Diez de Tevet cayera en Shatat, el ayuno sería observado. Este punto es meramente teórico, pues en nuestro calendario actual el 10 de Tevet no puede caer nunca en Shabat. No obstante, es el único de los cuatro ayunos que puede caer en viernes –como lo hace este año- y por eso entramos en el Shabat mientras ayunamos, y sólo rompemos el ayuno con la primera comida de Shabat.

En muchas congregaciones sefardíes, en el Shabat anterior al Diez de Tevet y antes del Servicio de Musaf (Plegaria Adicional), el cantor litúrgico anuncia: "Hermanos, Casa de Israel, escuchen, el ayuno del décimo mes (Tevet) será en tal y cual día. Que el Santo bendito sea lo transforme en un día de felicidad y regocijo, como está escrito (Zacarías 8:19): Así ha dicho el Dios de las Huestes: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán para la casa de Judá en gozo y alegría, y en las festivas solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz".

Cuando el horror del Holocausto fue conocido por primera vez por todo el mundo, el Rabino en Jefe del Ishuv (la comunidad judía antes de la creación del estado) en Eretz Israel proclamó el Diez de Tevet como el día de duelo por las víctimas de la destrucción de las comunidades judías en Europa. En 1951, no obstante, una fecha diferente, el 27 de Nisán, fue designado por la Kneset como el Día del Holocausto y el Heroísmo.

El Gran Rabinato ha decretado, de todas formas, que el Diez de Tevet sea el día en el que se recite el Kadish de Duelo para aquellos familiares, víctimas del Holocausto, cuya fecha de fallecimiento no es conocida, y conmemorar ese día con plegarias y estudio. En Israel es conocido como el día del "Kadish General".

Incluso ahora, cuando el Estado de Israel ha sido establecido para traer el fin del sufrimiento y el exilio judíos, recordamos cuándo comenzó el triste relato del exilio: hace más de 2.500 años atrás, un Diez de Tevet.

Traducción: Marcelo Kisilevski

El Significado del Ayuno del Diez de Tevet
Propagando la Paz y la Verdad a Todos los Pueblos
Por Rabbi Israel Ariel
Basado en las enseñanzas del Rabino Itzjak Ginsburgh, Shlita
Este año el ayuno del 10 de Tevet comienza al amanecer del jueves 05 de Enero y finaliza al anochecer. (Consulte los horarios exactos correspondientes al área en que se encuentre.
Así dice el Todopoderoso: “Los ayunos del cuarto, quinto, séptimo y décimo mes se convertirán en épocas de felicidad y regocijo y en festividades alegres para Iehudah. Entonces, amarás la paz y la verdad. (Zejariah 8:19)
Estos versos del profeta predicen que las mismas fechas que rememoran la caída y destrucción del Templo Sagrado de Ierushalaim, están destinadas a transformarse en días de alegría y felicidad con el proceso de su reconstrucción.

El Templo y las Naciones del Mundo
Para poder relacionar estos dos procesos, la destrucción pasada y la futura reconstrucción, necesitamos verlos en el contexto general del objetivo del Pueblo Judío de guiar a la humanidad al amor por la verdad y la paz, acompañando a su vez a los pueblos de todas las naciones a lograr una relación sincera y permanente con el Creador.
En el lenguaje del profeta, es nuestro deber ser “una luz para los pueblos” (Ishaiah 49:6).
Fue con este propósito que el Beit Hamikdash, el Templo, fue construido en Ierushalaim, erigiéndose como el lugar del encuentro entre el pacto que nos conecta con Hashem y nuestra conexión con las naciones del mundo.
Cuando consagró el Templo, el rey Shlomoh oró ante Hashem que sirva no sólo como soporte de nuestra unión con el Todopoderoso, sino también, según sus palabras, para que:
…El extranjero que no pertenezca a Tu pueblo Israel, pero ha venido de una tierra lejana en aras Tu Nombre –porque los hombres oirán acerca de Tu gran Nombre y Tu poderosa mano y Tu brazo extendido- cuando venga y rece hacia este Templo, entonces Te oirá desde los cielos, Tu morada, y harás lo que el extranjero Te pida; entonces todos los pueblos de la tierra conocerán Tu Nombre y Te temerán, como lo hizo Tu pueblo Israel, y sabrán que esta casa que he construido abriga Tu Nombre. (I Reyes 8:41-3)
Entonces, el proceso de destrucción del Templo que en efecto tomó muchos años, tuvo distintas consecuencias. No sólo llevó a la trágica pérdida de nuestra capacidad de cimentar nuestra relación con el Creador, sino que también entorpeció y posiblemente dejó fatalmente anquilosada nuestra capacidad de influenciar a otras naciones con nuestras ideas únicas y nuestro compromiso con la verdad y la paz, tal como está revelado en la Torah.
En este artículo queremos explorar el significado del la conmemoración del diez de Tevet a la luz de nuestro rol de emisarios de Hashem para todas las naciones del mundo.

El ayuno del décimo
En el verso de Zejariah que hemos citado antes, el ayuno del “décimo mes” se refiere al del 10 de Tevet, el décimo mes del año judío, que rememora el comienzo del sitio de los babilonios sobre Ierushalaim hace 2430 años. Este sitio fue la primera etapa de la guerra que finalizó con la destrucción del Primer Templo.
Desde entonces, el pueblo judío ha ayunado en este día (ver también II Reyes 25:1 y Iejezkel 24:1-14).
De esto surge un interrogante simple: ¿Por qué los profetas y luego los sabios establecieron un ayuno este día? ¿Acaso porque denota un paso previo en el camino hacia la destrucción? Después de todo, el Templo fue el corazón del reino judío antiguo y este corazón no fue destruido hasta Tishah beAv (el 9 de Av), unos 20 meses después. ¿Por qué la conmemoración de Tishah beAb no es suficiente?
Para poder contestar a estas preguntas debemos asumir que efectivamente, el 10 de Tevet (y también el 17 de Tamuz, día en que el enemigo pudo perforar los muros fortificados de Ierushalaim) marca un evento en si mismo, que esta relacionado y al mismo tiempo es independiente de la destrucción final del Templo.
Para utilizar una metáfora, podemos decir que el Templo destruido veinte meses más tarde fue como un ave asesinada luego de cortarle las alas. Aunque el Templo estaba en pie luego del 10 de Tevet y el servicio sagrado continuaba, ya no servía de instrumento para lograr uno de sus objetivos más importantes para el que fue construido, como veremo a continuación. En ese día le fue cercenada el ala izquierda, con el establecimiento del sitio de Ierushalaim y el ala derecha el 17 de Tamuz, cuando el enemigo perforó las fortificaciones y entró en la ciudad sagrada.
En Cabalah, el ala izquierda simboliza el temor a Hashem, y en nuestro caso, la posibilidad del Templo de servir como un centro conglomerante del pacto universal del hombre con su Creador (que está basado en el temor respetuoso). Por su parte, el ala derecha simboliza el amor al Creador y en forma similar el rol del Templo como foco del pacto del pueblo judío con Hashem como Su pueblo elegido y amado (unión que está comparada con la del novio y la novia, retratada en el Cantar de los Cantares).

Los días de ayuno de Tevet
Siguiendo con el desarrollo de esta idea, debemos notar que el 10 de Tevet es en realidad uno de los tres días de ayuno consecutivos del mes. Tradicionalmente, sólo las personas intensamente devotas ayunan los otros dos, el octavo y el noveno del mes.
El día 8 del mes se estableció un ayuno en respuesta de la finalización de la traducción de la Torah al griego, que no llevó a ser una luz entre las naciones sino a la asimilación).
En generaciones posteriores, el ayuno del noveno día de Tevet fue identificado como el iortzait (el aniversario del fallecimiento en idish) de Ezra y Nejemiah, los dos líderes del retorno judío a la Tierra y del renacer espiritual que siguió a los 70 años de exilio babilónico y el logro de la reconstrucción del Templo Sagrado de Ierushalaim. Sin embargo, algunos son de la opinión que esta fecha fue establecida como un aniversario del nacimiento de Jesús, varios siglos más tarde.
De acuerdo con la tradición (ver El Libro de Nuestra Herencia), el primer día de Tevet fue también originalmente (previo a la victoria de los Macabeos) un día de ayuno, conmemorando la deportación del rey Iehoiajín y toda la elite de Ierushalaim por los babilonios, aproximadamente 9 años antes del sitio de la ciudad que culminó con la destrucción del Templo (ver II Reyes 24:8). Eventualmente, este ayuno fue reemplazado por la celebración de Janucah.
Para apreciar verdaderamente el significado de todos estos hechos, podemos conjeturar que “el ayuno del 10 de Tevet”, es la culminación e incluye a todos los demás días de ayuno que caen en los primeros diez días del mes y que en el futuro con la llegada del Mashíaj, se transformarán en grandes festividades de alegría. Si nuestra conjetura es correcta, entonces podemos preguntar: ¿Cuál será la naturaleza de estas festividades?
La futura fiesta del décimo mes
Hay dos pasajes en el Talmud que a primera vista parecen no estar relacionados, pero verlos juntos nos pueden dar una idea de cómo contestar estas preguntas.
Las Calendas: El primero es un pasaje del tratado de Avodah Zarah (8a). La Mishnah establece que las festividades de los adoradores de ídolos son tres: Calandes, Saturnura y Cartesem. El Talmud lo desarrolla luego y explica que Calandes (aparentemente es una versión anterior de las Calendas romanas) se celebra durante 8 días antes del solsticio de invierno.
El motivo para la celebración de estas calendas es traído por nuestros sabios. Relatan que Adam, el primer ser humano vio que desde el día en que pecó y comió del árbol del conocimiento del bien y del mal, las horas del día se iban acortando. Tenía miedo de que así sea cómo Hashem lo castigaba con la muerte, tal como le había advertido. El mundo se hacía más oscuro y como retornando al caos primordial (descrito en Génesis 1:2).
Como muestra de arrepentimiento, Adam ayunó y rezó durante 8 días. Una vez que el solsticio de invierno pasó Adam vio que los días se hacían más largos, concluyendo que este era el estado de cosas normal en la naturaleza, por lo que celebró durante 8 días. El año siguiente celebró alegremente los 8 días antes del invierno y también los 8 posteriores. El idólatra que vino a continuación de Adam mantuvo el recuerdo de este festival pero lo transformó en una celebración pagana.
El solsticio de invierno ocurre el 21 y el 22 de Diciembre, que en el calendario judío es alrededor del 1 de Tevet, entre la segunda parte de Kislev y la primera de Tevet (este año será el 13 de Tevet).
Janucah : Un segundo pasaje (Shabat 21b), acaso más familiar que el anterior, relata que las academias de Hillel y Shamai discrepan en el orden de encendido de las luminarias de Janucah. De acuerdo con el primero, el primer día se debe encender una vela y luego cada día ir agregando una, hasta llegar a 8. Pero de acuerdo con Shamai, el primer día se deben encender 8 luces e ir disminuyendo una cada día hasta el último día.
La Halajah adoptó la opinión de Rabí Hillel, pero de todas maneras es bien sabido que en el futuro, en los tiempos del Mashíaj se seguirá la opinión de Shamai (ver Mikdash Melej en el Zohar I, 17b).
Los maestros jasídicos explican con respecto a las diferencias de opinión entre esas dos academias, que procediendo en el futuro de acuerdo con la opinión de Shamai no se contradice la visión de Hillel, ya que este acepta que en el futuro será como Shamai. ¿Cómo podemos entender esto respecto al encendido de las luminarias de Janucah? ¿Cómo podremos incrementar y disminuir simultáneamente el número de velas cada noche? Ya que mientras que en los mundos superiores dos afirmaciones contradictorias pueden existir simultáneamente, en nuestro plano físico no.
Entonces debemos proponer otra conjetura: Encenderemos una vela el primer día agregando otra cada noche (en los días en que la luz del sol disminuye, característico de nuestro estado presente de exilio, cuando la ley está de acuerdo con la escuela de Hillel) hasta llegar a las 8 luminarias, y luego disminuiremos nuevamente una vela cada día (cuando la luz el sol se incrementa, de acuerdo con el estado futuro característico de la redención, cuando la ley está de acuerdo con la escuela de Shamai) que se encenderá el 10 de Tevet. Por lo tanto, se encenderán velas en todos los días del principio de Tevet.
Como Kislev puede tener 29 o 30 días, en algunos años (como el actual 5768) hay 15 días entre el 25 de Kislev (el primer día de Janucah) y el 10 de Tevet, pero en otros hay 16. Así encenderemos 8 velas en Janucah y 7 hasta el 10 de Tevet. Veamos algunas consecuencias matemáticas de lo que acabamos de ver. Durante los 8 días de Janucah encendemos 36 velas:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 = 36
llamado también el “triángulo de 8”. Si Kislev tiene 29 días, entonces encenderemos otro “triángulo de 7” los siguientes siete días, o sea 28 velas:
7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 28
En total encenderemos 64 luminarias que es 8 al cuadrado:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 más 7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 64
Al hacer esto, hemos expandido el triángulo de 8 de Janucah a un cuadrado de 8. En Cabalah, los números cuadrados, como el 64, representan una inter inclusión perfecta (hitkalelut en hebreo). Entonces, al agregar 7 días más, hemos creado un estado perfecto de interinclusión, la característica esencial de una realidad rectificada. En los años en que Kislev tiene 30 días, encenderemos 36 velas adicionales, dándonos un total de 72, formando la figura de una “diamante” de 8:
1 más 2 más 3 más 4 más 5 más 6 más 7 más 8 más 8 más 7 más 6 más 5 más 4 más 3 más 2 más 1 = 72
Lo que vimos que se produjo de estos dos pasajes del Talmud es entonces una trama que conecta Janucah con el 10 de Tevet como una extensa festividad que será posible n la futura festividad de Tevet.

Ocho días de luz para las naciones
Volvamos nuevamente al 10 de Tevet. Como se presenta en nuestros días esta fecha representa la pérdida de nuestra capacidad, como Pueblo Judío, de hacer brillar la luz de la Torah y su verdadero mensaje de paz hacia las naciones del mundo. Este día sirve como recordación colectiva de cuando perdimos la posibilidad de influenciar y esclarecer a otras naciones acerca del Creador y su pacto con Él.
En otras palabras, desde 10 de Tevet hasta el 9 de Av del año en que el Templo fue destruido, ya no pudo servir como un punto focal del pacto universal entre el odopoderoso y la humanidad, porque las naciones estaban ahora poniendo sitio a Ierushalaim y estaban decididos a destruirla. Ya no podía ser el símbolo universal de paz y verdad para el mundo entero.
Desde entonces, quedó sólo como foco del pacto especial entre el Pueblo Judío y Hashem, pero dejó de servir como fuente de inspiración y sabiduría para guiar la relación entre los judíos y los pueblos del mundo. Cuando Ierushalaim quedó aislada ya no podíamos competir por el corazón de la humanidad, por la dirección que el mundo habría de tomar. Quedamos solos con nuestros asuntos personales y ya no pudimos ver la imagen global del tikún olam, la rectificación del mundo entero.
Por eso cuando ayunamos hoy el 10 de Tevet también estamos lamentando la raducción de la Torah al griego, un hecho que no sólo no probó ser un conducto para llevar el mensaje de la Torah al mundo exterior, sino que de hecho se transformó en un escollo, porque la Torah se vio de ahí en adelante como otra fuente de sabiduría espiritual entre miríadas de otras, dando lugar a la asimilación, el helenismo.
La vida de Jesús probó ser un escollo más grande aun que el anterior, por cuanto que sus seguidores urdieron el intento más desastroso de la historia judía de llegar a las naciones del mundo, socavando así la visión de la Torah de que seamos una luz entre las naciones del mundo. La substitución de la verdadera salvación por otra falsa, llevó a muchos judíos a abandonar sus raíces y adoptar una falsa religión.
El exilio de la elite del reino de Iehudah, de aquellos individuos profanos y versados en la retórica popular del momento ocurrido el primero de Tevet, también cayó sinceramente dentro de la categoría de eventos que llevaron a la pérdida de nuestro mensaje universal y su total distorsión en manos de otros.
Entonces, podemos suponer que la celebración que comienza el octavo día de Janucah y continua durante los siguiente siete u ocho días, celebrará el despertar judío en aras de la tarea del tikún olam, una propuesta renovada para el corazón de la humanidad. Así como los días se prolongan y hay más luz natural del sol, la continua disminución de las velas que se encienden hasta ese día 8 simbolizará la necesidad cada vez más pequeña de luz artificial proveniente de la mano del hombre, indicando que brilla cada vez más fuerte la luz natural divina de Hashem. El propio Creador se vuelve nuestra luz. Durante los 8 días de Janukah conmemoramos la victoria tanto militar como cultural de la Torah sobre el paganismo, de la misma manera durante los 8 de la festividad de Tevet nos regocijaremos con la renovada influencia del mensaje de la Torah y con los frutos del pacto con el Todopoderoso que serán disfrutados por toda la humanidad. Celebraremos nuestro renovado compromiso de guiar al mundo, de actuar como una luz entre las naciones a través de la paz y la verdad.

Desde el mensaje para las naciones hasta el Templo
¿Cómo ocurrirá el proceso de la reconstrucción del Templo?
Puede ser que primero se construya el Templo y después sus alas se extenderán para por un lado reavivar nuestra identidad nacional (el ala derecha que fue cercenada, como dijimos, el 17 de Tamuz) y por otro nuestro alcance universal (el ala izquierda que fue cortada el 10 de Tevet).
Pero también puede ser (y esto es más probable) que nuestro renovado interés en rectificar el mundo y en influenciar a la humanidad con el mensaje universal que se encuentra en la Torah reavive nuestro interés por el Templo y nos impulse a esforzarnos por construirlo pronto en nuestra época.
Como sea, este análisis puede ayudarnos a enfocar nuestros pensamientos y sentimientos en este ayuno especial del 10 de Tevet. Ayunamos y nos lamentamos por la pérdida de nuestro rol de guías espirituales y físicos de la humanidad y rezamos y nos comprometemos nuevamente a reencontrar la fuerza necesaria para volver a exponer el profundo mensaje que la Torah tiene para toda la humanidad.
http://www.dimensiones.org/canales/vidmodrn/viviendo%20con%20el%20tiempo/tevet/tevet68fast.htm

TSOM KAL 
( Que tengan un ayuno llevadero)


Comunidad Israelita Sefaradi Cultural y de Beneficencia de Barranquilla 
Afiliada a: The Abarbanel Foundation International 




"Así dice HASHEM: El ayuno del cuarto (mes), el ayuno del quinto (mes), el ayuno del séptimo (mes) y el ayuno del décimo (mes) se transformarán para la casa de Iehudá en alegría y felicidad, y en días de fiesta"
 (Zejariá - Zacarías - 8:19).

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